¿Mas?

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¿Mas?

Por: César Sosa H.
Septiembre 21, 2009. No es lo mismo tener la mesa puesta que sentarse a comer. Sin nada que perder, los indios vinieron cual corderos a casa del lobo y se fueron cual cazadores. Ni las 8000 personas, ni la imparable porra, ni la única y exquisita jugada de triple play que degustamos, ni las ofertas económicas para los jugadores pudieron encender la llama del bateo de los Mineros.
¿Oportunidades? Todas, aun en la novena. Casa llena sin out, la carrera del campeonato y de la historia en segunda y de las múltiples opciones los bateadores eligieron la única que no debían: Roletear al cuadro para doble play.
El mal se repite: a Delicias lo tuvieron a tiro de piedra y lo dejaron vivir para que cual crotalo los atacara de muerte, con Juárez la historia parece repetirse.
No podemos quejarnos de que la fortuna no nos acompañó, empezando por la lluvia que el sábado respetó el trabajo de Tino y pasó por un ladito del parque para permitir que se realizara el juego, sin interrupciones, de un solo tiron, cuando Florentino cambió la suerte a su favor.
La generalidad sabemos que la ocasión era tan única como irrepetible.
Un rival, sino a modo, al menos sin la peligrosidad manifiesta de otros, la localia, la ventaja de dos juegos, y mas aun, la ventaja de dos carreras en el quinto juego
¿Qué mas se le pide a la vida? Ganar.
Contrastando con otras finales, esta ha sido la mas equilibrada, dos equipos que sudaron tinta para ganarse un lugar en esta serie final, por lo mismo se ganaron la simpatía de otras zonas del estado, Parral llegó a su tercera serie de campeonato en fila después de pelear con uñas y dientes y de explotar al máximo sus limitadas facultades, sin bateadores de poder, sin buenos relevistas y apoyados solo en dos de sus abridores. Admirable labor de jugadores y de coaches el hacer funcionar con sincronía y precisión el béisbol chiquito a que se vieron forzados.
¿Pero que pasa entonces? Por que los calambres cuando esta tan cerca la orilla?
Un poco de miedo es bueno, el pánico, inmoviliza.
Juárez no ha cambiado su forma de jugar, ha enfrentado sin vacilar las cosas como vienen, no respetó su orden de abridores y envió a la loma a Rodolfo Sierra en lugar de González y ayer, lo hizo de nuevo; al que pudo ser el juego de la eliminación mandó a Hugo Rodríguez quien sin mucho repertorio hizo la chamba, darle 4 o 5 entradas.
Esas, también, eran señales de sumisión aborigen: echar mano de quien se pudiera sin fundir a Quintero; otro manager lo hubiera usado para preservar el juego y con ello la serie.
Nada de esto pareció aumentar la codicia minera. Las entradas se fueron consumiendo y la sidra se avinagraba en las hieleras al igual que la esperanza.
Viendo la frialdad indiscutible de los números duros vemos que Parral bateó Al menos para 4 dobles plays, y dejó 12 corredores en base, sin mencionar la crisis de atención dispersa de su short stop.
Antes de esta serie, por el sacrificio decíamos, mineros era favorito sentimental en otras zonas del estado, con el hambre con que ha estado jugando Juárez la moneda esta dando vuelta.
¿Un indio quiere llorar? No lo creo…
Un escenario y las oportunidades como las que tuvieron aquí no se repetirán, al contrario habrán de ir a tierra indígena donde el juego del viernes es clave. Han dejado vivir al monstruo, ahora ¿quien lo detendrá?

Pretencioso.
Sugerencia al político quien amablemente ofreció 5000 pesos al minero que bateara de cuadrangular. No ponga la mira tan alta.
¿No seria mejor hacerle esa oferta a quien produzca carrera, aunque fuera menos?

 
   
 
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