De lujo...

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De lujo…
Por: César Sosa H.
Sept 6 , 2009. Viví toda la semana esperando este momento, imaginé casi todas las posibilidades y sus escenarios, trataba de anticipar como me sentiría ante tal o cual resultado, favorable o adverso. Cuando cayó el ultimo out antenoche, me emocioné, liberé la tensión acumulada y sin embargo reconozco que también deseché-aunque no totalmente- una nota que el demonio me dictó. Fueron días de muchos argumentos, pero de pocas razones.
Fue hasta hoy que me remitieron al Diario de Juárez y que leí el encabezado, que se me erizó la piel: “Indios-Mineros, Final de lujo…”
Así en una sola frase se contienen 73 años de historia. Indios y mineros representan dos tercios de los orígenes del béisbol en Chihuahua, simbolizan por ello el espíritu inicial del campeonato estatal. Desde mediados de los 70s Parral no enfrenta a Juárez en una final, en los tiempos en que había mas béisbol y menos grilla, mas Enriques Licones y mas Jesúses Ontiveros.
La llegada de Parral y Juárez, además de la magia que genera que dos escuadras fundadoras del béisbol estatal choquen luego de tanto tiempo, manifiesta un acto de justicia , es una probada de la espada venciendo al dragón. Gracias a la hechicería que solo el béisbol atesora, lo improbable se volvió cierto. Lo ocurrido es para quien quiera verlo una lección y no solo de orgullo y coraje, sino de finanzas. El campeonato estatal, aun y con todo su inexplicable dinero en medio, no es una liga profesional, y no se maneja como tal. Hay muchos tonos de gris en medio.
Hay que recordar que las ligas regionales son para, de ahí crear una selección que será dirigida por el manager campeón. No es parejo hacerlo de otro modo, pero tampoco quien no lo haga puede ser considerado tonto. El campeonato estatal es para sembrar béisbol, la obtención de un titulo es una cosecha, una consecuencia lógica de ese trabajo y no un resultado de una ecuación financiera únicamente.
“Para ganar hay que meterle”. “pues gáname”…Varias ocasiones he escuchado y leído declaraciones que mas se asemejan a juegos de cartas y carreras de caballos que “AL” juego de pelota.
Desde ahí viene lo equivocado,”meterle” significa invertir en los jóvenes, en la localidad, no en comprar jugadores en “blister” de plástico.
Esa es solo una de las diferencias a las que me refiero: En un equipo profesional armas el equipo justo antes del arranque de la liga y los aficionados deben conectarse con el y quererlo por decreto, en este nuestro estado, el estatal se hizo entre ciudades; aun y cuando desde el inicio tenía jugadores foráneos, existió siempre una relación jugador-ciudadano, cimentada muchas veces por el hecho de que los peloteros eran compañeros de trabajo de la mayoría de los aficionados.
Actualmente vemos que existe una corriente por ningunear tales orígenes y darle valor solo al poder instantáneo que da el dinero para formar un equipo cuyo único objetivo es ser campeón.
El licor de estar ganando así es tan adictivo como seductor, lo malo, es la resaca del “día siguiente”.
Créanme cuando digo que si Mineros hubiera caído en Camargo el orgullo por ellos no hubiera mermado, no lo declaré antes por no parecer que me curaba en salud. Venir de la banca con una rodilla partida en dos refleja un cariño autentico a los colores, una correspondencia a lo que la afición da sin reservas.
A menos de 100 Km. de distancia entre estadios , mas o menos a la misma hora, la historia se duplicaba.
La esencia del béisbol estatal se daba una oportunidad. Dos viejos conocidos, de rancia historia, por el encanto del béisbol se ganaban el derecho a continuar una batalla detenida a mitad de los 70s cuando jugaron su ultima final entre ellos.
Mineros habrá de ir a la frontera donde viven mas mineros que en la misma San José, ahí donde se han hecho viejos los aficionados emigrantes reviviendo hazañas pasadas, (ya ven que nos encanta hacerlo), esperando ver a la Furia Gris de sus recuerdos.
Para gusto y solaz de todos ellos, el tiempo de espera ha llegado a su fin. justicia flamígera.

 
   
 
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