Descarados.
He conocido varios equipos así, Aunque no todos juegan béisbol. Cuando descubrí lo que tenían en común- que era lo que me gustaba de ellos- fue cuando usaron mascara antes de un partido.
Descubrí de pronto que me eran atractivos por descarados, por que dentro de su desfachatez contenían el espíritu básico de cualquier deporte, la diversión.
El divertirse jugando había conjuntado un grupo que se volvió peligroso, que reinventaba el juego en cada encuentro y lo hacia atrevido, creativo.
Antes había visto algo similar, guardadas sus proporciones en aquel equipo de Casas Grandes de finales de los 80s.
Menciono esto por que así, palabras mas, palabras menos son los actuales Faraones de NCG.
Dorados pueden dar fe de mis aseveraciones.
Mas allá de que los capitalinos fueron incompletos en su pitcheo, Faraones les jugó sin complejos y les hizo ver al diablo por un agujero.
En un derroche, el viernes al ir perdiendo 5 por 1 y con el juego aparentemente decidido, entró a lanzar como relevista el mismo Javier García Antelo, y en la estufa estaba César Domínguez, otrora cartas fuertes de Faraones. Mostrándole al acaudalado rival que por pitcheo no se detendrían.
El domingo fue por otro lado, a palos hicieron sudar tinta a Don Carlos Durán, y es que fuerte tronaron los cañones de Robles, Fox y Angulo que vapulearon a Zubia en el tercero de la serie.
No hay duda de que Dorados sigue siendo el aspirante más serio al titulo y que en la capital las cosas serán diferentes pero de que Faraones es un escollo duro de pasar, lo es. Sus jugadores son tipos maduros que no se espantan, que no aspiran a brillos futuros y que. Como dije, se divierten como enanos. El porvenir, como dijo el cantante, es solo un adverbio de tiempo.
Grupos.
Apenas volteando la esquina de la tercera serie y ya los grupos parecen tomar camino.
En el grupo 2, Rojos y Soles ya arrastran una brecha de 7 y 6.5 juegos de diferencia contra el líder Algodoneros mientras que en el norte Venados parece ser el señalado a irse temprano. Esta vez el factor Armenta quizás no realice la magia.
Carlos González.,/strong>
Al receptor Minero le sentó muy bien su paso por el campamento de primavera de la liga Mexicana. Ha regresado con poder en su bat, aunque aun no con la frecuencia; con su mismo respetable brazo y con su misma autoexigencia.
Carlos es quizás el más pundonoroso de los jugadores en el terreno, juega siempre a ganar y esta arengando a sus lanzadores a pasarla por ahí, se molesta con sus errores y se exige constantemente. Sin duda material de liga Mexicana.